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EL ESTADO DE LAS CIUDADES AUTÓNOMAS
EN 2021

Mi resumen de la situación tras leer el artículo de la CCI

La idea de las ciudades autónomas está firmemente asociada a Paul Romer, pero la realidad es, que estaba en el aire. El equipo de Honduras desarrolló la idea de la RED incluso antes de la famosa charla TED de Romer, que es el punto de partida aceptado del plan, pero seguramente traer un nombre tan influyente para apoyar su proyecto fue la decisión correcta. Los dos fracasos de su plan original en Madagascar y Honduras en 2012; sobre todo la propia retirada de Romer de la aplicación práctica, se han consolidado en la mente del público como un fracaso de lo que para muchos parecía un desarrollo sin salida. Las ciudades autónomas estuvieron en la sombra informativa durante mucho tiempo y ni siquiera la aprobación de la ley ZEDE en Honduras en 2013 contribuyó a su visibilidad. Y eso estaba mal.

En el tiempo transcurrido desde aquel memorable discurso, se han producido las siguientes transformaciones importantes de la idea original. En primer lugar, Titus Gebel creó el concepto de Ciudades Autónomas Libres, en el que se rechazó el plan original de transferir parte del territorio soberano al control de otros Estados mejor gobernados, criticado con razón como neocolonialismo y se sustituyó por la gestión de una empresa privada. Habría sido mejor que dicha empresa se hubiera registrado en otro país, lo que habría dado una protección adicional a las inversiones en la ciudad, en términos de derecho internacional. Pero por otro lado, la influencia de los propietarios extranjeros en Honduras ha decidido contrarrestar a través de un órgano especial del Estado, el CAMP, que aprueba para el cargo de secretario técnico, al principal hombre de la ciudad, un hondureño de nacimiento. En segundo lugar, Mark Luther y el Chartered Cities Institute (Instituto de Ciudades Autónomas) de la CCI, que él dirige, dividieron fundamentalmente las ciudades autónomas en dos grupos según sus objetivos: ciudades para los ricos y ciudades para los pobres. Mientras que las ciudades para los ricos, como Próspera o Talent City, se centran en crear enclaves de prosperidad entre las zonas afectadas por la pobreza y en atraer a los pobres del país hacia los alrededores de las ZEDES, dándoles la oportunidad de ganar dinero en la ciudad y vivir fuera de ella. Otra ves, las ciudades para los pobres, como Ciudad Morazán, se centran en crear simultáneamente un lugar para trabajar y un lugar para vivir dentro de las murallas de la ciudad. Esto debería resolver el problema de las ciudades africanas de rápido crecimiento, en las que la urbanización avanza sin la industrialización.

Es éste, el segundo tipo de ciudad autónomo, el que la CCI considera más prometedor. En todo el Sur global de bajos ingresos, pero especialmente en África y Asia, se ha producido un crecimiento explosivo de la urbanización, y las ciudades existentes no pueden hacer frente a la afluencia de nuevos residentes. Las estructuras de gobernanza urbana establecidas desde hace mucho tiempo no han podido seguir el ritmo del mundo cambiante y carecen de mecanismos para una rápida transformación interna. Las ciudades autónomas, y especialmente las libres, por su diversidad inherente y sus mecanismos de selección natural, tienen muchas más posibilidades de adaptarse a las exigencias de hoy y del mañana. En última instancia, todos los riesgos de que una nueva ciudad satisfaga las demandas de sus nuevos habitantes corren a cargo de su propietario, y si las condiciones de la ciudad no se adaptan a la gente y ésta se niega a vivir en esas condiciones, el propietario se enfrenta a una quiebra inminente. Aquellas ciudades privadas que sobrevivan y tengan un buen rendimiento pueden servir como modelos de la dirección correcta de la reforma de la gobernanza urbana y política para sus estados.

Uno de los principales problemas actuales, es que la mayoría de las nuevas ciudades del mundo no son privadas, y mucho menos libres. Así, cuando se crean, a pesar de la inversión en el asentamiento de la vida de los emigrantes pobres de las zonas rurales, la cuestión de fondo -la falta de búsqueda de los cambios adecuados en la gobernanza urbana- sigue sin resolverse.

Y si hacemos un balance del estado de las ciudades autónomas a partir de 2021, se puede decir que, objetivamente, la necesidad de las mismas crece de forma constante, el interés de los gobiernos por ellas empieza a crecer y la construcción de las primeras ciudades privadas se está llevando a cabo en todo el mundo. Especialmente alentador, es el inicio de la construcción de las primeras ciudades privadas libres en Honduras