En

EL COMEDOR VIEJO

Rosa me trajo un poco de sopa y radiante de felicidad, declaró con orgullo: "Aquí es donde trabajaremos los últimos días. A partir de la próxima semana abriremos en las nuevas casas".

Los trabajos de acabado de la primera hilera de casas adosadas avanzan a buen ritmo desde hace quince días. Trabajan los sábados y domingos e incluso el día de la independencia de Honduras, el 15 de septiembre. Sólo por la noche, cuando la oscuridad envolvía bruscamente el barrio, los taladros y los destornilladores detenían sus cánticos pausados hasta la mañana siguiente. Dos fuertes aguaceros, que dejaron al descubierto los puntos débiles del tejado y pintaron las paredes con patrones de manchas de humedad, les obligaron a dar marcha atrás y rehacer el trabajo que creían terminado.

El terreno frente a las casas ha sido nivelado y el suelo removido hasta el nivel de la base de la futura carretera en la puerta de las casas.

Estamos deseando que los nuevos inquilinos se instalen y también el comedor de Rosa se traslade a sus nuevos pisos.

Especialmente para PUESTO DE OBSERVACIÓN